Estimados lectores:
El trabajo que se consigna a continuación pertenece al
"Seminario de Análisis de las Problemáticas Curriculares a la luz del Contexto Costarricense y Centroamericano", el cual forma parte del programa de estudios de la Maestría en Psicopedagogía de la UNED. Fue realizado
a partir de una guía de trabajo entregada por la M.Ed. Grettel Alfaro sobre el
libro Producto o praxis del Currículum,
de Shirley Grundy.
Espero lo puedan leer y dejar sus comentarios.
Mapa conceptual.
Mapa conceptual.
En el cuadro que se presenta a continuación se describe la forma en que se asume cada interés
Aspectos por describir
|
Interés técnico
|
Interés práctico
|
Interés
emancipador
|
Alumno
|
Según el planteamiento de Grundy
(1991), en el interés técnico el alumno es visto como un producto del
aprendizaje. Este enfoque objetiva el
ambiente y por ende al alumno, viéndolo como parte del ambiente de
aprendizaje.
El alumno, al considerarse un
producto- objeto, deberá ser moldeado para ajustarse a los ideales dados por
los planes o programas diseñados por las autoridades escolares e
independientes de la experiencia del niño.
Entonces, el alumno es un ser
pasivo que no tiene poder de decisión sobre lo que aprende. Depende del docente
para ser enseñado y moldeado.
|
El alumno es visto como un sujeto
de aprendizaje. Grundy (1991), explica que en el currículo guiado por el
interés práctico, el alumno evalúa en compañía del docente las experiencias
curriculares, ya que los significados e interpretaciones de todos son tomados
en cuenta.
Este interés determina que el
currículo sea visto como un texto que se debe interpretar. En esta
interpretación participa tanto el alumno como el profesor. Al interpretar un
texto el alumno inserta o proyecta sus
propios significados. Por ende es un sujeto activo que aporta al
aprendizaje.
Se considera que el alumno es un
ser racional, con sus propios significados y que aporta sus interpretaciones
a la situación educativa.
|
En la
obra de Grundy (1991), se establece que en el currículo orientado por el
interés emancipador, el papel del alumno es completamente activo y el
aprendizaje debe ser significativo para ellos.
En él,
el estudiante tiene un compromiso como creador activo del conocimiento.
Mientras aprende también enseña tanto al profesor como a los compañeros.
El
alumno tiene el papel de construir significados, entendiéndose que el
significado es social y no absoluto.
Es
estudiante tiene la misma posibilidad que el docente de introducir temas en
el discurso. Se le da completo acceso a la palabra, pues se considera que
esta es esencial para obtener libertad.
|
Docente
|
Siguiendo a Grundy (1991), el
profesor en el interés técnico no es creativo, sino que tiene una función
reproductora ya que sigue planes pre establecidos en la relación jerárquica.
Su tarea es obtener un producto
que se adapte a los ideales o programas: el alumno. Entonces, el docente
produce al educando según los parámetros que le aporta el currículo.
Para lograr los objetivos el
profesor dirige la conducta y aprendizaje del alumno. Si bien se encuentra en
una relación jerárquica con el alumno, también responde a la jerarquía pues
cumple parámetros externos propuestos por quien diseña el currículo.
Si el currículo cambia el docente
puede quedar desactualizado pues las destrezas que él mismo ha aprendido
podrían quedar sin valor.
Encuentra limitaciones pues se
enfrenta a evaluaciones externas producidas por terceros para ejercer
control, pues permite asegurarse que el producto se ajusta al ideal.
|
El docente tiene un rol activo, ya
que debe interpretar el programa y juzgar
si las interacciones de aprendizaje llevan al bien del estudiante. El bien
sería la oportunidad de aprender, siendo el aprendizaje un fin en si mismo.
El concepto del juicio del docente
es muy relevante pues es el que le permite decidir las enseñanzas adecuadas
desde sus propios parámetros subjetivos como la justicia o el bienestar.
Así, en compañía del alumno lee e
interpreta el currículo como un texto, asignándole significados. El profesor
puede y debe rechazar propuestas o metodologías del programa que considere no
le permitan al alumno construir significados.
En este sentido, la autora indica
que el currículo es una guía o propuesta ordenadora que debe ser verificada
por el docente y posteriormente
adaptada a su clase. Utiliza la analogía del salón de clases como un
laboratorio y el profesor como científico, ya que este tiene la tarea de
probar las propuestas y adaptarlas a su contexto.
Por esta razón, el profesor debe
revisar su práctica por medio de la reflexión pues puede realizar juicios
erróneos.
|
Se le
considera como un profesor- alumno, ya que en esta concepción no es el
portador del saber, sino que establece una relación dialógica con el
estudiante donde enseña y es enseñado por los alumnos.
El grupo
es el que produce el saber y él es parte de ese grupo, lo que le da igualdad
de oportunidad que al resto de los participantes de introducir un contenido.
En esta
posición horizontal que asume respeta el aprendizaje del alumno y construye
el aprendizaje junto a los alumnos.
Debe
facilitar situaciones de aprendizaje referidas a situaciones de la vida
concreta para encontrar acciones en el nivel de la acción.
El
docente debe actuar con otros no sobre otros, por eso no intenta manipular al
alumno.
|
Contenido o conocimiento
|
En el currículo alimentado por el
interés técnico el conocimiento es un saber incuestionable. Se parte de que
es una verdad independiente del tiempo y del lugar. Grundy (1991), indica que
este tipo de saber es universal y
ahistórico, pues no se afecta por la experiencia o los valores presentes en
determinado contexto.
Además, la autora indica que el
conocimiento responde a intereses hegemónicos que permiten reproducir
jerarquías como las diferencias sociales y de clases.
|
Según señala Grundy (1991), en el
interés práctico el contenido es holístico, no fragmentado. Tiene una visión
de totalidad.
Además, el contenido no se da por
supuesto o absoluto, sino que es elegido teniendo en cuenta criterios morales
relativos al bien, no sólo criterios de índole cognitivo.
De esta manera, el contenido
responde al contexto, los valores e interpretaciones que realizan de él los
participantes del proceso educativo (profesores y alumnos).
El conocimiento es significativo
pues otorga gran importancia a los significados previos de los estudiantes.
|
La
autora nos explica que cuando el interés es emancipador el conocimiento es
una construcción social. El grupo construye el conocimiento. Debido a que es
un acto social se debe realizar en un ambiente social y ser producto de la
relación dialógica entre profesor y
alumno.
En este
sentido, el conocimiento no puede ser trasmitido de una persona a otra de
manera pasiva. Todos participan en el proceso de construcción.
Ningún
conocimiento o saber se considera como absoluto. Por el contrario, los
participantes deben realizar una crítica al saber para determinar si se
refiere a leyes naturales o a construcciones culturales susceptibles al
cambio.
El
conocimiento entonces no debe ser impuesto por quienes ostentan el poder en
una sociedad, sino que por medio de la acción reflexión este se cuestiona
constantemente.
|
Práctica pedagógica
|
Siguiendo
la línea de Grundy (1991), la práctica pedagógica influida por el interés
técnico se caracteriza por la importancia que otorga a los planes y programas
preestablecidos independientemente de las experiencias de los individuos.
Está orientada al producto, entendiéndose este como un alumno que se ajusta a
las ideas que sustentan el currículo.
La
práctica pedagógica se basa en la reproducción de la división de clases y de
las relaciones de poder. Sin embargo muchas veces el docente no es consciente
de es to pues solo está reproduciendo un programa que responde a intereses
externos.
Se
promueven experiencias de aprendizaje que dan una visión de conocimiento
incuestionable y estandarizado, positivista y que enfatiza los resultados.
Se
evalúa su eficacia por el cambio producido en el alumno objeto mediante
evaluaciones externas.
|
Grundy
(1991), indica que la práctica pedagógica orientada con un interés práctico
se basa en juicios interpretativos. Es decir, se juzga si las acciones
conllevan a l bien del estudiante. El bien mayor es el aprendizaje. Este ideal
de bien guía la práctica pedagógica.
El
aprendizaje es visto como un proceso, donde se le atribuye importancia al
acto y los actores, no al resultado o producto.
La
práctica se caracteriza por la deliberación y elección de acciones que
cumplan el ideal del bien.
La
evaluación la producen los participantes, profesores y alumnos, no terceros
externos.
Dentro
de este tipo de práctica no se deben seguir lineamientos generales, sino
adaptarlos a cada contexto, a cada escuela y cada grupo. Pues en cada se
producen diferentes interacciones y por ende diferentes interpretaciones y
significados.
|
Según
los lineamientos que aporta la autora, tenemos que la práctica pedagógica
relativa a este interés debe promover un aprendizaje con sentido crítico.
Establece
una relación dialógica entre profesor y alumnos para crear el aprendizaje en
conjunto.
Se debe,
además, trabajar con situaciones reales concretas y no imaginarias, las que
serán resueltas desde una perspectiva crítica.
Por otro
lado, debe dar al alumno la posibilidad de discernir entre leyes naturales y
culturales, para que pueda buscar la manera de realizar cambios y no
considerar que dichas leyes son inmutables. Esta perspectiva crítica es
vital.
Existe
una relación dialéctica entre la práctica y la teoría, donde ambas se
influyen mutuamente y no se pueden separar.
Por esto
desde esta visión, la práctica pedagógica se debe comprometer con la praxis,
la cual se forma de acción reflexión.
Por
último, la planificación, la acción y la evaluación están integradas en el
proceso, no vienen dadas por participantes externos.
|
Estas son las conclusiones resultantes de mi reflexión crítica:
Ø El
tipo de interés al que más se acerca mi práctica educativa y el por qué lo
considero así.
Después de leer la propuesta
de Grundy (1991), considero que he estado trabajando con un currículo orientado
por el interés técnico, que me parece que es el imperante en la educación
costarricense y por ende en la escuela en la que trabajo. En mi caso particular
yo no trabajo dentro de un aula ni realizo una labor docente. Mi función es el
apoyo técnico al docente. En esta labor he tratado de capacitarlos e instarlos
a incorporar metodologías constructivistas que permitan la participación del
alumno en el proceso de construcción de conocimientos. Además, me encargo de
todo lo que implica la aplicación de las Adecuaciones Curriculares, comenzando
por el cambio que debe realizar el docente en sus actitudes y sus
acciones. Sin embargo, siempre me
llamaba la atención que por más
capacitaciones y actividades de sensibilización no se daban cambios
cualitativos en estos campos. Ahora después de realizar esta lectura y
reflexión considero que los cambios no se dan porque la escuela y los docentes
están inmersos en un sistema que responde a este interés y que por tanto, no
permite trascender o salir de dicha situación hasta que no exista una toma de
consciencia en el cómo y porqué se hacen las cosas.
Las razones que considero
para decir que trabajamos con el interés técnico las desarrollo a continuación.
·
Si bien no hay una concepción tan tradicional
del alumno pasivo sometido a la autoridad del docente, las clases magistrales
imperan dentro del sistema utilizado. Esto responde a una concepción donde se
considera que el docente posee el conocimiento y el alumno no sabe nada y por
eso hay que enseñarle. Como indica
Grundy(1991), el docente produce el aprendizaje, es el responsable del
mismo.
·
El currículo esta dado de antemano y no se
puede variar. Esta es una de las situaciones que a mi parecer marcan más el
tipo de educación que se brinda, pues las maestras y profesores de la escuela
en la que trabajo se enfrentan a programas predeterminados por las autoridades
del Ministerio, los cuales se deben cumplir. Muchas veces ellas se quejan de
que ciertos temas no tienen coherencia o vinculación o no se adaptan a las
necesidades de los niños. Sin embargo hay que cumplirlos, el docente no tiene
libertad para tomar estas decisiones. Tampoco la coordinación o la dirección. Como
dice Grundy (1991), en el interés técnico el docente es un obrero del sistema,
que tiene un poder reactivo pero no creativo. Es decir,
·
Por otro lado, al ser una escuela privada se
tiene, además, que cumplir con exigencias externas, tanto de los padres de
familia como del dueño de la institución, por ejemplo, que todos los libros que
se piden sean utilizados, que los niños de prescolar aprendan a leer, entre
otras. La mayor parte de estas exigencias no ayudan al bienestar del niño pero
responden a un interés externo, ya que en estos casos la educación es un
producto que se vende y por tanto debe mostrar calidad. Así, muchas veces se
llenan libros que tienen contenidos que no se adaptan al desarrollo o las
destrezas de los estudiantes, sino a ese estándar de supuesta calidad.
· De esta manera, apuramos al estudiante para llegar a donde los planificadores curriculares han previsto que lleguemos, pero también hasta donde se espera que lleguemos por ser escuela privada.
· De esta manera, apuramos al estudiante para llegar a donde los planificadores curriculares han previsto que lleguemos, pero también hasta donde se espera que lleguemos por ser escuela privada.
Ø El
tipo de interés al que me gustaría acercar mi práctica y el por qué.
Me gustaría que mi quehacer profesional
estuviera orientado por un interés emancipador, pues es el que me parece más
correcto ya que responde a principios de justicia e igualdad. Además, porque se
relaciona con promover la libertad de las personas y un aprendizaje respetuoso
de los derechos del estudiante.
También me parece vital el
concepto la autorreflexión en este tipo de interés pues esta es la que mantiene
nuestra práctica libre de prejuicios, estereotipos o errores.
Me gustaría cambiar la
situación de mi escuela descrita anteriormente, ya que siento que acercarse al interés
emancipador sería de más provecho para los estudiantes y traería menos desgaste
al docente. Ya que participar en una situación
donde no se tiene poder para hacer cambios genera mucho deterioro a nivel
emocional, pues los hace sentir frustrados.
Espero que al conocer esta teoría
mi práctica profesional pueda ser menos fragmentada, más consciente de la necesidad de contextualizar el conocimiento,
más preparada para discernir lo pertinente, abierta al conflicto, a la crítica
y la pluralidad, y por sobre todo con
una tendencia más ética y democrática.
Ø Algunos
cambios concretos que podría asumir en mi práctica cotidiana para acercarme a
ese interés.
Uno
de los principales cambios que me parece que debo generar, es la toma de
conciencia de los dogmas que ayudo a perpetuar. Las personas que trabajamos en educación
debemos realizar una reflexión de nuestras prácticas, de nuestras creencias,
actitudes y estereotipos para determinar si permitimos que afecten nuestra
práctica profesional. Esta toma de conciencia nos ayuda a no ser instrumentos
de control para reproducir el poder y mantener el statu quo. Los estereotipos
de género, el adultocentrismo o el rechazo a la diferencia no nos permiten lograr
la emancipación ni promoverla en nuestros alumnos.
También
es importante que tanto yo como parte del equipo técnico como las docentes, nos
despojemos de la visión de que el adulto tiene el saber absoluto mientras que
el niño no sabe y por eso hay que enseñarle. Se debe entender que los niños
saben, no llegan a la escuela en el vacío. Vienen de un contexto social y
familiar que configura su identidad con habilidades, costumbres, creencias,
intereses, necesidades, motivaciones, destrezas y van a la escuela a para
organizar y profundizar sus conocimientos. Por eso el docente no puede pasar
por alto esta situación, sino que debe integrar esa historia al aprendizaje de
contenidos para ayudarles a lograr conocimiento significativo. Esto es importante desde el enfoque
emancipador pues este busca que el aprendizaje sea significativo y esto se
logra partiendo de los conocimientos previos del estudiante para producir
significado.
Además
de entender la aportación que el alumno realiza al proceso de aprendizaje, es
importante aprender de ellos. De esas mismas historias y vivencias que nos
presentan. Para comprender la conceptualización existente en el enfoque
emancipador del profesor- alumno se debe tener en cuenta la relación dialéctica
que se establece entre el docente y el estudiante, donde no es posible que solo
uno de ellos influya al otro en una relación lineal, sino que la relación es recíproca
donde ambos influyen en el otro, promoviendo cambios en ambas partes.
Otro
cambio concreto que quiero realizar en la escuela, es fomentar el uso de
estudios de caso como una forma de abordar la realidad concreta en la que se
desenvuelve el estudiante. No enfatizar en problemas o situaciones ajenas a la
realidad, como pasa cuando presentamos ejemplos de otras culturas, tales como
niños jugando en la nieve para hablar del invierno. Debemos desarrollar
actividades adecuadas a nuestro contexto y que además promuevan la crítica.
En
esta misma línea, me gustaría desarrollar debates en la escuela que permitan a
los estudiantes expresar su opinión, esto debido a que el enfoque emancipador
indica la importancia del acceso a la palabra para lograr la autonomía. Como parte
del sistema tradicional los niños carecen de poder para cambiar cosas y, si
bien cambiar esto no está en mis manos, puedo propiciar situaciones
enriquecedoras donde puedan ejercer poder sobre situaciones que así lo
permitan. Por ejemplo, darle más apoyo y
trascendencia al Gobierno estudiantil como expresión democrática.
Por
último un importante cambio que puedo generar es capacitar a los docentes para
lograr que ellos tomen conciencia de la situación. Como dice Grundy (1991), en
el interés técnico en el que trabajamos el docente es un obrero del sistema, que
no tiene poder creativo pero si reactivo. Es decir, que si el docente realiza
la autorreflexión y toma conciencia de estas situaciones pueden reaccionar y
hacer cambios en su propia práctica para lograr más justicia para ellos y para
los alumnos.
Bibliografía
Bibliografía
Grundy, S. (1991). Producto o Praxis del Currículum.
Ediciones Morata, Madrid, España.